Estas últimas semanas estoy poniendo a la venta muchas cosas de mis retoños que creo que ya no voy a volver a usar. Sí, creo que me despido de la idea de tener más hijos.
El caso es que entre mil y una chorradas me he topado con un aparatejo que nos resultó bastante «útil» y del que hoy os quiero hablar. Entrecomillo lo de útil pero no es un aparto imprescindible (¿qué es impresicible hoy en día para un bebé?) pero si nos permitió vivir/dormir un poco más tranquilos.
Cuando mi hija tenía pocos meses y desesperados cada vez que llegaba la hora de acostarla (prometo hacer una entrada sobre el sueño de los bebés) mi matrona en aquel entonces ya se había cansado de darme consejos y recetado mil y una bolitas homeopáticas.
Ella tenía también un hijo pequeño que no dormía nada desde que nació y un día, en modo amiga, mi sugirió la idea (prometió que siempre lo negaría) de ponerla a dormir boca abajo. Parece ser que a ella le funcionó y, aunque en los tiempos que corren cualquier pediatra se llevaría las manos a la cabeza, no son pocos los niños que consiguen conciliar el sueño en esta postura.
A mi me parece lógico que un bebé se sienta más a gustito boca abajo, con la tripa calentita y las piernas recogidas. El caso es que me hizo prometerle que no lo probaría sin antes ir a comprar el famoso Angelcare. Os podéis imaginar que esa tarde salí disparada a por él pensando que mi hija iba a ser poseída por el mismísimo Morfeo.
Por supuesto no fue así. Sí que las siestas las dormía mucho mejor boca abajo pero las noches siguieron más o menos igual.
El sensor de movimiento de Angelcare es una aparato que controla el movimiento/respiración del bebé y emite un pitido en caso de no detectar actividad durante más de 20 segundos. Está compuesto por dos placas cuadradas que se sitúan debajo del colchón y se conectan a un aparato parecido a un babyphone. Se puede regular la sensibilidad y el tipo de pitido que queremos que emita. Existe el modelo con babyphone incorporado pero como nosotros ya teníamos uno, cogimos el modelo básico.
Clàudia lo usó casi un año. Bien, en todo este tiempo saltó la alarma una vez. Os podéis imaginar el bote que pegamos de la cama, no? La niña dormía plácidamente hasta que llegamos dispuestos a resucitarla :). Quiero pensar que fue una falsa alarma. En otras mil ocasiones ha saltado pero por nuestra culpa. Al pasar a la niña a la cama a media noche se nos olvidaba apagarlo…es lo que tiene la hacer algo en modo sonámbulo :(.
Con Noah lo usamos los primeros meses pero al pasarlo de la mini cuna a la cuna lo guardé y ya no lo usamos.
Conclusión: es necesario? NO. És útil? pues si eres un poco paranoico como yo, o tienes hijos prematuros o con otros posibles problemas que haya que vigilar, sin duda SI. El mismo fabricante deja claro que no previene la muerta súbita pero en mi caso no era ese mi miedo. A mi me preocupaba que no pudiera girar la cabeza, que vomitara o que sé yo.
En Alemania los bebés duermen con saquitos (nunca me cansaré de recomendarlos) pero en España por ejemplo es habitual que los bebés duerman con una colchita, manta, arrullo o lo que sea dependiendo de la época del año. A mi eso me da pavor. Cuantas veces no han aparecido mis hijos a los pies de la cama.
En fin, que espero que os haya sido útil la información. Yo lo compré en una tienda de bebés pero lo podéis encontrar en Amazon o mejor aún, comprarlo de segunda mano!
¡Hasta pronto!
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