Seguro que os pasa como a mí, que es probar unas magdalenas caseras bien hechas y trasladaros a vuestra infancia, a juegos en la calle, a casa de los abuelos, a tardes interminables en que no había forma de meteros en casa para cenar…
Las magdalenas es una de esas recetas facilísimas pero que muchas veces no nos atrevemos a hacer en casa. Y ya os digo, que nada tienen que ver con el sabor industrial de las que compramos en el supermercado.
Ya sabemos que no hay que abusar de los dulces (y menos los niños), pero en mi casa siempre hay un día a la semana en que horneo un bizcocho o unas magdalenas como las de hoy, para que todos disfrutemos de un dulce hecho en casa, con ingredientes básicos y sin añadidos comerciales que no se necesitan para nada.
Esta es una receta sencilla que siempre sale y que no requiere tener ninguna experiencia en la cocina. Además es ideal para preparar con los niños, que muchas veces se convierten en nuestros mejores pinches.
Espero que os animéis a prepararlas cualquier tarde de domingo, los días de lluvia que ya no sabemos que hacer con los peques o simplemente para llevar un dulce los días de picnic veraniegos. Veréis que en casa van a quedar todos encantados 🙂
Vamos al lío…
- 200 gr. de huevos (4 huevos "M" aprox.). Los tenéis que pesar sin cáscara.
- 200 gr. de azúcar
- 200 gr. de aceite de oliva virgen extra suave
- 220 gr. de harina de repostería o harina normal
- 1 sobre de levadura en polvo (16 gr.)
- Ralladura de un limón
- Zumo de medio limón
- En un bol grande poner los huevos junto con el azúcar y el zumo de medio limón y batir enérgicamente durante 5 minutos, mejor con varillas eléctricas. Añadir lentamente el aceite y batir con las varillas unos segundos hasta que esté bien integrado.
- Tamizar la harina junto con la levadura y la sal y añadir a la mezcla anterior en varias tandas, batiendo a potencia baja. No hay que batir mucho tiempo, lo justo hasta que esté todo bien mezclado. Añadir la ralladura de limón y mezclar.
- Verter la masa en los moldes de magdalena rellenando ¾ partes porque luego van a crecer en el horno y no queremos que se salga la masa por los lados. Dejamos reposar 30 minutos en la nevera.
- Precalentamos el horno a 250 grados con calor arriba y abajo. Espolvoreamos las magdalenas por encima con azúcar y horneamos a 220 grados durante 12-15 minutos, con cuidado de que no se quemen. Comprobamos con un palillo que están hechas. Sacar del horno y dejar reposar sobre una rejilla.
También podéis incorporar a la masa junto con la harina dos cucharadas de cacao en polvo o pepitas de chocolate.
Podéis añadir trozos de frutos secos como nueces o avellanas.
Una vez estén frías, lo mejor es que las guardéis en una caja hermética para que sigan estando como recién hechas.
¡Buen provecho!
Me encantan las magdalenas, son el sabor a los desayunos de nuestra infancia.
A mi también no me gusta abusar y es por eso que trato de hacerles postres con stevia en vez de azúcar refinada.
Esta proporción la encontré y va bastante bien: Por cada taza de azúcar, se reemplaza 1 cucharadita de stevia líquida.
Ya que la stevia endulza más con menos cantidad, hay que equilibrar . Por cada porción de azúcar sustituida, se debe agregar 1/3 de mezcla u otro ingrediente. Hay tablas de conversiones en Internet.
Saludos
Pues muchas gracias por el consejo! Alguna vez he probado a hacer alguna receta con Stevia pero siempre me ha costado encontrar el punto justo ya que enseguida me paso o me quedo corta 🙂