Seguro que a muchos de vosotros os invade la emoción cuando alguien cercano tiene un bebé y estáis deseado plantaros en el hospital para darle la bienvenida y felicitar a los recién estrenados padres. Ya os aviso que no es muy buena idea, a no ser que seáis familia muy cercana o que directamente los papás de la criatura os hayan invitado explícitamente. Y cuando digo invitado, no me refiero a: «bueno, a ver si pronto podéis conocer al bebé…» o frases similares.
Ahora que soy madre me doy cuenta de las veces que he metido la pata. La de parturientas que he ido a visitar siendo conocidas, amigas de alguna ex-pareja o de otra amiga o nieta/sobrina de alguien. Me he topado con la imagen de mujeres en pijama con las que no me unía una relación muy cercana, comentando la jugada e inspeccionando a su retoño recién llegado al mundo. En todas las ocasiones he mantenido algo de cordura y jamás he cogido a ninguno de esos bebés en brazos.
¿Por qué creo que las visitas deben restringirse o dejarse para más adelante? Bien, cuando una mujer da a luz se ve inmersa en un cambio radical de vida, de estado físico y se encuentra en una montaña rusa hormonal que le puede hacer pasar de la risa al llanto más desconsolado en cuestión de segundos. Si añadimos partos difíciles, de muchas horas donde la mamá esta hecha polvo, lo que más le conviene es descansar y no tenerse que preocupar de estar presentable cuando lleguen las visitas. Yo tuve a mis hijos en Alemania (os lo conté aquí) y «me libré» de las vistas inoportunas pero sé que hay madres que viven estos momentos con mucha angustia por no saber decir que no a tiempo.
Qué cosas debéis (o no) hacer cuando visitéis a un recién nacido:
1. Por favor os lo pido, llamad antes. No deis por hecho que están desando veros. Quizá durante el embarazo habéis hablado del tema y los padres os han dicho que estarán encantados de recibiros. Hay un antes y un después del parto así que quizá ya no están tan dispuestos a lidiar con las visitas por el motivo que sea. Un mensajito de móvil para preguntar si podéis ir y ,si no os contestan, no agobiéis. Un bebé da muchísimo «trabajo» (aunque no lo creáis) las primeras horas así que ya os responderán cuando tengan un momento.
2. No os ofendáis si os dicen que no quieren recibir visitas. No importa que sea tu hermana, tu prima o la mejor amiga la que ha dado a luz. Si de verdad respetas y quieres a esa nueva mamá, no te enfades y dile que lo entiendes (aunque estés con un mosqueo del demonio) y que iras cuando estén más tranquilos.
3. Si os han dicho que sois bienvenidos, ¡estáis de enhorabuena! Alegraos por la noticia e ir cuando os lo indiquen. No vayáis a pasar la tarde. Se trata de felicitar a los padres y de verle la carita al nuevo bebé. En mi opinión, más de media hora es demasiado. Pensad que seguramente no sois los únicos que vais a ir así que los padres habrán contado ya varias veces como ha ido el parto, cuantos puntos tiene la mamá, lo simpáticas o antipáticas que fueron las enfermeras y todas las batallitas del parto.
4. Cuidad un poco vuestra higiene/imagen para ir a conocer a un recién nacido. Doy por hecho que todos somos muy limpios pero me refiero a no ir con el perfume de los sábados por la noche para salir a «matar», no acabar de apagar un cigarrillo en la puerta del hospital y, aunque no tengáis pensado coger al bebé, cuando entréis en la habitación desinfectaros las manos con el producto específico que hay en todas las habitaciones de un hospital. Lo bebés tienen todavía un sistema inmune inmaduro con lo cual son más propensos a contagiarse con facilidad. Ni cabe deciros que si estáis resfriados o enfermos, ¡no vayáis!
5. Supongo que os apetecerá llevar un regalito para el bebé y unas flores/bombones para la mamá. Perfecto, eso indica que os habéis tomado un tiempo en pensar en ellos y que os hace ilusión su nueva situación de padres. Esto va para los que no tenéis hijos. Las tallas de los bebés van por meses y en las tiendas suele haber ropa para varias estaciones del año. Si os decidís a comprar una prenda para cuando el bebé tenga 3 o 6 meses, estupendo. Pero por favor, si estáis en el mes de agosto tened en cuenta que cuando el bebé tenga 3 meses estaremos casi en invierno. Esto que parece una obviedad no lo es tanto. Tengo prendas con la etiqueta en el armario que mis hij@s no han podido estrenar por no tener este detalle en cuenta. Si vais a llevar flores a la mamá quizá en el hospital os digan que no están permitidas y las dejen en el pasillo. Unos bombones siempre vienen bien, os lo aseguro 🙂
6. No cojáis al bebé a menos que os lo ofrezcan. No importa las ganas que tengáis. El bebé donde mejor está es encima de su madre ya sea que le da el pecho o que tome biberón. Las primeras horas es muy importante que se conozcan, que se miren, que se huelan y si vamos paseando al bebé de brazo en brazo impedimos que disfruten de esos primeros momentos juntos. Son muchas las madres que se quejan de que sus bebés las primeras horas de vida estaban más en brazos de la abuela/tía que en los suyos. Repetid como una mantra…»no cogeré al bebé, no cogeré al bebé…«. Lo importante no eres tú (que ya sabemos que serás la tía más enrollada del mundo mundial), lo importante es el bebé y la mamá
7. Si por el contrario habéis decidido no ir al hospital o sencillamente no habéis sido invitados y estáis deseando hacer la visita en casa, ¡mucho ojito! No os presentéis con la intención de ir a tomar café y pastitas. Si en el hospital la madre estará preocupada por estar presentable para vosotros, en casa ya la presión es máxima. Las primeras horas en casa con un recién nacido son un caos y hay ropa/chupetes/utensilios/pañales (limpios o sucios) por todas partes. Ahora solo falta tener que ordenar/limpiar para recibir a gente en casa y además preparar merendola para toda la trupe. De verdad, decidle a los padres que os encargáis de todo vosotros. Que ni se les ocurra preparar nada y vais con las manos llenas de lo que os apetezca comer. Os aseguro que aún así, tendrán que preparar la casa para que no parezca que ha pasado un tsunami. Lo mismo que en el hospital. Una vista rapidita y pa’casa. Ya tendréis más ocasiones de ir. Pensad que los bebés (algunos) duermen o comen cada pocas horas y quizá a la mamá no le apetezca sacarse la teta delante vuestro y está deseando que os vayáis para darle de comer tranquila.
8. Sé que me diréis que todo parecen prohibiciones y que estáis felices por la llegada del nuevo bebé y queréis compartir vuestra ilusión con los papás. ¡Estupendo! ¿Sabéis que necesitan los padres recién estrenados? TIEMPO. Así que si de verdad queréis ayudar, y tenéis confianza con ellos, podéis ofreceros a echar una mano con la casa, ir a la compra o directamente plantaros en casa con una generosa colección de tuppers de comida preparada por vosotros. No importa si no sois unos expertos chefs. A media noche todos los gatos son pardos y devoraran cualquier cosa con aspecto comestible que se les ponga por delante. No os ofrezcáis a quedaros con el bebé para que ellos salgan a pasear. Eso llegará más adelante cuando la mamá descubra que lleva días sin ducharse y que no se ha quitado el pijama a las 7 de la tarde. Los primeros días no pretendáis separar a la mamá del bebé porque no os dejará. Ayudad con otras tareas que le impiden a los padres estar por su retoño.
9. Ahorraros los comentarios/consejos que pueden resultar incómodos para la madre. Ya sabemos que no os esperabais que después de dar a luz tuviera una tripa como cuando estaba de 5 meses. Quizá no estéis de acuerdo si lo alimentan con pecho o biberón. A lo mejor os parece que lo cogen mucho o poco. Quizá no entendéis porque no le ofrecen un chupete cuando llora o porque con 2 días de vida sí se lo ofrecen. Dejad esos comentarios para cuando crucéis la puerta y os pongáis a largar como cotorras. No importa, todos lo hemos hecho. Pero delante de los padres «ni mu». No sabéis lo perdidos que pueden estar unos padres los primeros días y vuestros comentarios pueden sentar mal. Si os piden opinión/consejo por supuesto se los dais, siempre desde el respeto y nunca como si tuvierais la verdad absoluta.
10. Y en último lugar me dejo un consejo para la abuelas. Sé que el nacimiento de un niet@ es un momento con el que lleváis soñando mucho tiempo. Es una sensación indescriptible para vosotras y queréis estar al lado de vuestr@ hij@ para ayudar y vivir estos momentos con ellos. No solo es normal sino que me parece preciso ese sentimiento que tenéis. Pero por favor, recordad cuando fuisteis madres, erais inexpertas y seguramente estabais abrumadas por la situación. Quizá vuestra hija está deseando que paséis todo el día con ella y con el bebé y os necesite más que nunca. En ese caso disfrutad mucho. Pero si por el contrario os piden tiempo/espacio no os enfadéis. Bastante nuevo es todo como para encima tener que lidiar con el endafo de una madre. Sed comprensivas y esperad a que os necesiten. Seguro que ese momento llega antes de lo que esperáis y no se lo tengáis en cuenta. Vuestr@s hij@s querrán compartir con vosotros su felicidad y en menos de lo que pensáis, estaréis empujando el cochecito de vuestro niet@ sintiéndoos los abuelos más orgullos del mundo.
¿Cómo lo habéis vivido vosotras? ¿Estabais deseando que vuestra habitación de hospital fuera como una romería o por el contrario queríais disfrutar esos primeros instantes en soledad?
Me parece muy acertado tu post! Es verdad que a veces las visitas son eternas que ya no sabes ni cómo colocarte porque te duelen ya no los puntos, si no hasta las pestañas! Y lo del perfume….. tal cual!!! Mi me vinieron a visitar y parecía que se habían duchado en perfume… y además de esos intensos y penetrantes!jajajjaja
Yo opino distinto, las circunstancias personales hacen que se vean las cosas de diferente manera obviamente. Con mi primer hijo no pude recibir visitas, enseguida se lo tuvieron que llevar, así que con el segundo estaba deseando, era señal que todo había ido bien esta vez y todos podíamos disfrutar de ese acontecimiento. Así que estaba encantada con las visitas, cortitas mejor eso sí!
Cristina,
si yo creo que cada mamá y cada parto es un mundo. Yo en el primero estaba tan afectada por las hormonas que le cambié el billete de avión a mi madre y no la dejé venir hasta que Claudia tenía 2 semanas. Solo quería estar con Dani y recibir visitas de la matrona para que me ayudara con la lactancia que fui muy difícil al principio.
Con Noah ya no necesitaba esos momentos de soledad. Lo que necesitaba eran más manos que me ayudaran y mi madre se vino una semana antes del parto.
Yo sé que la primera vez le rompí el corazón pero al final lo entendió (o simplemente lo aceptó). Lo importante es poder decir lo que necesitamos, visitas sí o visitas no y que la gente lo comprenda 🙂
Mejor no podrías haberlo resumido. ¡Gracias por el artículo!
¡Me alegro que te haya gustado, Miyuki!
Me ha encantado este artículo! Más claro, el agua! jeje Y quien lo lo quiera comprender, tiene un problema… Da igual q seas la tía, la abuela o el cuñado. A veces, se necesita intimidad. Deberían repartir un folleto con esta información en los hospitales, porque tela, en el sur de España, es aún peor, hay gente que no entiende esto, da igual como se lo expliques, y no se van de tu casa, ni con agua caliente! jajaja Tengo un amigo, que tuvo un grave accidente, y su novia, por la gravedad del asunto, decidió que sería mejor no aceptar visitas en el hospital los primeroso días… bueno, bueno! Pobre chica! Fué criticada hasta la saciedad! La gente es muy pesada… Yo agradezco unas minivisitas, si, pero por favor, que sean muy mini! Un saludoooooo
¡Hola Roseta!
Yo creo que las enfermeras a veces son de gran ayuda. Siempre se puede acudir a ellas para que de forma profesional inviten a las visitas a irse para que dejen descansar al bebé y a la mamá. Está claro que cada familia lo vive a su manera pero lo importante es que se pueda hablar con libertada sin que los familiares se ofendan y creo que a veces no es posible. La gente se siente más protagonista que el propio bebé. Como tu dices, una visita rápida para felicitar a los recientes papás y para casa. Es curioso porque a medida que pasa el tiempo la gente va dejando de venir, que es cuando curiosamente los padres y el bebé ya están más adaptados y pueden hacer más planes fuera de casa.
Un abrazo,
Anna.
Boníssim!
Gràcies Carles!