La primera vez que pisé tierras germanas fue hace casi 5 años para ver un piso de alquiler y a las pocas semanas ya estábamos dejando Barcelona para instalarnos definitivamente en Alemania. Nunca antes había estado aquí así que todo lo que yo imaginaba eran los típicos tópicos sobre el clima, el carácter frío y serio de los alemanes, su gran eficiencia en el terreno laboral y lo educados y civilizados que eran.
Bueno, pues ya os digo que no todo es oro lo que reluce y que de todo hay en la viña del señor. Por supuesto también me he llevado grandes y buenas sorpresas sobre los teutones y hoy os quiero presentar mi Top-10.
El clima: el clásico por excelencia. Ya os conté aquí como sobrevivir al invinero en Alemania. Es la pregunta más repetida que me hacen cada vez que voy a España de vacaciones. Pues sí, hace frío, mucho. Pero nada que no se pueda sobrellevar con la ropa adecuada y con grandes dosis de optimismo. Quizá lo que llevo peor es la falta de luz. Que se haga de noche a las 16:00 de la tarde, y más con niños en casa, no ayuda y según el año el invierno se me hace muy largo. En contrapartida os diré que se valoran mucho más los días soleados y que no importan las temperatutas siempre y cuando el cielo esté azul.
El reciclaje: otro clásico. En casa tenemos 4 cubos diferentes que recogen cada semana o una vez al mes como el caso del papel. Al principio es una locura. En la nevera tenemos colgados los calendarios con las fechas de recogida. Hay que sacar los cubos a la calle (si vives en un piso no hace falta) y no son pocas las veces que nos hemos quedado acumulando basura porque se nos ha pasado la fecha. En cuanto le pillas el truco es pan comido y uno se siente bien contribuyendo con el medio ambiente pero olvidaros de sacar la basura por las noches cuando bajáis a pasear al perro. Aquí no hay contenedores y echo en falta más papeleras en las calles.
Impuesto por ver la televisión: tengas TV o no la tengas, en cuanto te empadronas en Alemania te llega una carta para pagar el impuesto de la televisión. Da igual que tengáis 1 TV o 20. Se pagan alrededor de 50€ trimestrales así que ya veis que no es nada baratito 🙁
El silencio: es increíble lo ruidosos que podemos llegar a ser los españoles comparado con los alemanes. Me doy cuenta cada vez que viajo a España. Aquí es fácil ver parejas cenando que casi no se dirigen la palabra y se nota mucho cuando hay un grupo de españoles en un restaurante. En cierta forma lo agradezco, pero a veces me parece un poco triste y cuando tienes hijos te llevas miradas de desaprobación cuando arman un poco de jaleo. No cabe decir que me he acostumbrado tanto que me dan igual los comentarios de las señoras mayores en el autobús.
Los semáforos: por norma general, ningún peatón de bien cruza un semáforo en rojo por mucho que sea la calle más solitaria de Alemania. Da igual que no pasen coches. El semáforo se respeta y más si llevamos niños de la mano. En alguna ocasión he presenciado una buena bronca de algún ciudadano «ejemplar» amonestando a un peatón descarriado. También he tenido compañeros de curso que se han llevado una multita por cruzar en rojo.
El carácter de los alemanes: no os voy a mentir, en comparación con el carácter latino son sosos. Como siempre hay excepciones pero no son la alegría de la huerta que digamos. Son mucho menos efusivos, más reservados y no es fácil hacer amistades «de verdad». Claro que el idioma no ayuda y supongo que en España la gente tampoco está muy por la labor de esforzarse en entender a alguien que está aprendiendo español. Pero si que noto que les cuesta mucho más abrirse y pasar la barrera del «hola, qué tal?».
La planificación: a esto sí me he tenido que acostumbrar. Si queréis organizar una cena/comida/reunión con alemanes preparaos para que os saquen la agenda y os den «cita» a tres o cuatro semanas vista. Nada de improvisar. Nada de «pues este sábado no hacemos nada y nos viene bien». Suelen ser bastante previsores y no dejan nada al azar. A veces hemos hecho comidas con un grupo mixto de alemanes/españoles. Ya sabéis…la cosa se alarga y alguien lanza la idea de pedir unas pizzas para cenar. La cara de los alemanas es un poema. Es algo que no estaba planificado y les resulta raro que una comida acabe en cena. A le vez creo que también les hace gracia y se acaban animando pero, a priori, les rompe sus esquemas cuadriculados.
El civismo: esto merece un capítulo aparte. Yo creía erróneamente que eran el colmo de la civilización y la educación. Pues no. Parece que los alemanes funcionan muy bien siempre y cuando haya una ley de por medio que les diga lo que hay que hacer. He vivido dos embarazos en Alemania y me he movido en transporte público en dos ciudades distintas hasta pasados los 7 meses de gestación. Ni una sola vez me han cedido el asiento. Nunca, jamás de los jamases. Una vez estando embarazada de pocos meses (no se notaba aún) le cedí mi asiento a una chica muy embarazada y recuerdo perfectamente su cara de asombro.
Los supermercados suelen tener una campanita o botón en las cajas por si se forma mucha cola. Los clientes pueden así solicitar que se abra una caja más para no tener que esperar. ¿Maravillo, verdad? Pues ya os avanzo que en cuanto se intuye el mínimo movimiento de que se va a abrir un caja nueva se pasan el respeto por el forro y se lanzan como locos colándose en tus narices quedándote sin tiempo de reacción. Mi consejo: quedaos quietos donde estáis. Vuestra cola se vaciará como por arte de magia.
Las bicis: pues aunque esto no es Holanda o Dinamarca las diferencias con España son abismales. Mudarte a Alemania es sinónimo de comprarte una bici. Yo tardé dos años :). No la uso a diario pero si nos estamos animando cada vez más a salir con los niños en bicicleta. Es muy habitual ver a madres/padres que llevan a sus hij@s a la guardería con un remolque como el de la foto o con unas bicis que llevan incorporado delante un habitáculo para los peques. Hay bastantes carriles bicis y mucha gente utilizada este medio de transporte para ir al trabajo. No importa el frío o la nieve. La gente va bien equipada y la utiliza todos los días del año.
El mundo BIO: pues este es otro de los descubrimientos que más me han gustado. En Alemania hay mucha gente obesa que come fatal, pero también hay una parte importante de la población que se cuida mucho. Los Bioland (supermercados BIO) tienen mucho éxito a pesar de no ser nada económicos. Se puede ver a madres haciendo la compra semanal, gente mayor o parejas jóvenes. En casi todos los supermercados (incluidos los de precios bajos como LIDL o ALDI) se puede encontrar secciones de comida BIO a muy buenos precios. Digamos que los alemanes suelen estar bastante a favor de todo lo que sea natural o ecológico y la homeopatía o la osteopatía están a la orden del día.
Para los que ya vivís aquí o los que habéis venido de visita…¿qué echáis de menos en la lista?
¡Hasta pronto!
Hola Anna, acabo de conocer tu blog, me está gustando muchisimo! Encantada!! Aquí otra mama en Alemania ?
Pues a mí me encantan las cajas de «zu verschenken» (para regalar) que hacen aquí en Múnich (no sé si es costumbre en otras ciudades) donde la gente deja en la calle cosas en perfecto estado que ya no necesita para quien las quiera. Y los «hof flohmarkt» (mercadillos de vecinos) son una idea estupenda, se organizan por barrios y la gente saca a vender de todo, son divertidisimos! Y el DM (una droguería con marca propia bio muy buena y económica) es mi gran amor jajaja
Lo que menos me gusta, es lo poco cariñosa que es la gente, mi nena de un año es muy sociable y da mucha pena cuando está intentando llamar la atención de alguien en la calle haciendo monerías y la gente (bastante a menudo) mira para otro lado… nos ha llegado a pasar hasta con niños!
Un abrazo y eres bienvenida a mi blog
Hola Priscilla!
Muchas gracias por tu comentario. Aquí lo de las cajas en la calle lo he visto alguna vez y lo de los mercadillos me encanta. En el cole de mis hijos también los organizan y es una muy buena oportunidad para comprar/vender esas cosas que se quedan casi nuevas 🙂
El DM es un mundo aparte. Todas mi amigas españolas arrasan cada vez que vienen, jejeje…
La gente es sosa en general. Con los niños y con los adultos. Eso sí, con los perros son un amor, verdad?
Ya tienes una nueva seguidora en tu blog!
Un abrazo,
Anna.
Ya he visto que te has suscrito, jeje. Pues es verdad, con los perros si q son cariñosos, incluso hay algunas tiendas que tienen secciones de animales más grandes que las de bebés ?. Pero hasta los perros aquí son siesos: enseguida diferencias un perro «latino» porque mueve el rabito y se pone contento intentando interactuar según te acercas… y si es con niños aún más. Aquí los tienen tan bien educados que ni se inmutan y hay gente que te mira mal si te acercas a tocarlos, algo q sería impensable en España
Me has hecho reír con los perros…es verdad que pretenden tenerlos totalmente adiestrados. En general son un poco apáticos. Por suerte hay otras cosas que de momento nos compensan para quedarnos 🙂
Hola Anna,
Me ha gustado mucho el articulo y estoy completamente de acuerdo con todo lo que has escrito. Yo incluiría también la «manía» que tienen los alemanes de pagar todo individualmente. Siempre que voy a tomar algo o a cenar con alemanes, no importa si somos 2 o 20, cada uno paga lo suyo. A mi es una de las cosas que mas me llamó la atención (a veces me dan pena los camareros cuando les veo haciendo cálculos…).
Por cierto, me gusta mucho tu blog!
Un saludo,
¡Hola Maitane!
Muchas gracias por tu comentario. Es cierto, es una de las cosas que más me impactaron al llegar a Alemania. Yo también pensaba que era un rollo para los camareros pero de esta forma se suelen llevar más propina. También es cierto que trabajan más. A veces he visto parejas pagas por separado y me sorprendo cuando voy con mi marido a pagar y nos lo preguntan, jejeje.
Un abrazo,
Anna.
¡Hola! Muy buen post, no puedo estar más de acuerdo.
A mi también me impactó mucho eso de estar embarazada de casi nueve meses y que nadie se levantara en el bus para cederme el sitio…¡Muy fuerte! Otra cosa que aún me impacta es ver cómo los viandantes se paran a observar cómo aparcas, no vaya a ser que le des al coche de atrás o de delante. ¿En serio? Pensé la primera vez que me pasó… si por lo menos ayudaran indicando cuanto te falta para darle al coche que está aparcado 😉 . ¡Estos alemanes! (Habrá que oír lo que dicen ellos de nosotros). ¡Un saludo y enhorabuena por el post!
¡Hola Ana!
Es que lo de no ceder asientos me parece increíble. Yo por miedo a una discusión en alemán (de la que seguro salía perdiendo) nunca pedí que me dejaran sentar pero en España seguro que habría hecho levantar a alguien. Lo del coche también es otro mundo. Una vez en una calle muy estrecha de doble sentido le di un golpe al espejo de un coche aparcado y la tipa del coche que venía de frente se bajó a decirme de todo. Lógicamente me paré y le dejé una nota con mi teléfono. Fue tan tonto el golpe que ni me llamaron pero yo ese día llegué a casa con un ataque de nervios.
Un abrazo,
Anna.
Hola Anna,
Bueno yo soy su madre,y decir que estoy muy orgullosa de ella, perdonar si hay faltas,pero como a dicho Anna estoy en recuperacion, que va por buen camino.
Es cierto que los abuelos vivimos de diferente manera la educación de nuestros nietos, a nosotros nos toca disfrutar y jugar con ellos ( yo voy a verlos cada tres o cuatro meses) no puedo pasar mas tiempo sin verlos, me dan una energía increíble, vengo pletórica.
Estas Navidades han sido muy especiales para mi y he de decir que GRACIAS a todos los que pasamos juntos las fiestas.
En el tema juguetes , respeto su ideología pero no toda la comparto.He de decir que este año les he comprado lo que yo he querido y estoy muy contenta, ver a Clàudia lo contenta que se puso al ver su vestido Frozen,( sin palabras).
A Anna siempre le a gustado mucho la cocina, asi que no me extraña verla disfrutar con este proyecto,y seguro que os sorprenderá con muchas cosas ( amor de madre).
Bueno hija mucha suerte y sigue así.
Un besote
Anna que divertisdo conocer esas diferencias. Siendo española y viviendo en chile creo que lo pasariamos bien comparando el.triangulo de lugares.
Aqui hace apenas dos años que existe el.carril.bici, las calles son tan ruidosas que si quieres hablar por el movil vas gritando (pero en los restaurantes tambien se nota cuando el grupo.es de españoles); de reciclar…debe hacer 5 años que empezaron a implementar puntos de reciclaje por barrio. Pero para reciclar hay que pillar el coche!
Todo chileno que se precie cruza no solo en rojo sino por el medio de la calle y parece que este mal.visto ceder el paso a un peaton: hasta te tocan el claxon!
Y lo de dejar salir antes de entrar, o saludar en el ascensor…ni se te ocurra.
Ah! Y para quedar. Aqui dicen «quedamos el sabado» pero es un decir no lo dicen en serio jajaja
Y podria seguir pero ya he dejado un tremendo toston.
Un abrazo!
Qué gracia conocer las diferencias entre los países. Desde luego parece que vivamos en dos mundos a parte 🙂 Supongo que una mezcla de los dos sería lo ideal, ¿verdad?. Aquí reina la calma y las normas y a veces echo de menos algo más de «descontrol» pero bueno, no se le pueden pedir peras al olmo 🙂
¡Un abrazo!
Para mí la extensión del reciclaje o segunda vida de la cosas, en especial para los niños me parece muy práctico y sostenible. En los Flohmarkt de barrios puedes encontrar cosas muy útiles y poco usadas, dado el corto tiempo q a veces se usan y además muchas veces son los propios niños quienes están en su puesto, absolutamente concienciados de q han de deshacerse de esas cosas, no tirandolas, sino intentando darles una nueva vida útil asumiendo q ellos ya no las necesitan, pues ya pasaron su etapa.