Lo confieso, ayer no fuimos al cole. No había virus, ni revisiones médicas, ni vacaciones ni excusa que valga. Me levanté muy cansada de una malísima noche y el parte metereológico daba nieve todo el día así que después de apagar el despertador a las 6:30, decidí que nos quedábamos en casa.
Sopesé todas los pros y los contras unos minutitos. Muchas veces me puede el perezón inicial (sobre todo en invierno) pero después me alegro mucho cuando los he dejado en el cole y tengo toda la mañana para hacer miles de cosas.
Ayer no fue uno de esos días. Llamamos a la guarde y dijimos que no irían. No mentimos ni dimos explicaciones de más. Mi hija se pasó media mañana diciendo que el Kindergarten estaba «zu» a pesar de que le insistí en que estaba abierto pero que nos habíamos quedado en casa como un día especial.
La verdad es que disfruté mucho del día con ellos y me alegré mucho cada vez que veía la monumental nevada por la ventana.
No sé si lo sabéis pero estos «días especiales» se van a acabar en cuanto empiecen la primaria, la Grundschule. En Alemania está muy pero que muy controlada la asistencia a clase de los niños. Oye, que me parece maravilloso y un compromiso importante para con la educación infantil pero esto nos deja en una situación algo complicada para la comunidad de expatriados.
Hasta ahora lo habíamos escuchado como una especie de leyenda urbana pero ya tenemos amigos con hijos en edad escolar obligatoria, y de mito no tiene nada. Para faltar al colegio se necesita una autorización del director del centro que no suele firmar a no ser que sea por motivos más que justificados y puedes encontrarte con problemas en el aeropuerto si quieres sacar a un niño del país durante el curso escolar. Ojiplática me he quedado 🙁
Yo no sé vosotros, pero cuando yo era pequeña en mi clase de vez en cuando había alumnos que faltaban una semana en invierno para irse de viaje con sus padres. O algunos iban a visitar a un familiar a otra ciudad, o cualquier situación que los padres consideraban importante para que el niño se ausentara unos días.
Teniendo en cuenta que nuestra familia está en España y que las vacaciones escolares de verano en Alemania duran 6 semanas se complican un poco las cosas. Para empezar hay que cuadrar fechas de viaje/vuelos/hoteles con la maldita temporada alta, con el aumento de precio que eso conlleva. Ir a España no es quizá tan caro pero para las familias que tienen que cruzar el charco estamos hablando de diferencias de precio muy significativas una semana antes o después.
Lógicamente cada país tiene sus propias fiestas que no coinciden con los festivos alemanes. Tengo unos buenos amigos del sur de España para los que la feria de Sevilla es una tradición muy importante. No se trata de vacaciones simplemente. Es algo cultural que llevan viviendo desde que tienen uso de razón y que quieren transmitir a sus hijos como parte de su cultura y sus raíces. Pues bien, se encuentran con el problema de no poder llevar nunca a sus hijos por que no pueden faltar al colegio esa semana.
Visto así quizá nos pueda parecer exagerado pero, si lo pensamos, tiene más importancia de la que parece. Como padres queremos que nuestros hijos tengan todo lo bueno que les brinda Alemania pero que no pierdan todo lo que nos une con nuestro país de origen y nuestras familias.
Claro que es importante ir a clase, no faltar, responsabilizarse de que el alumno puede seguir el ritmo del curso pero creo que una semana al año de amor familiar, tradiciones, costumbres, idioma, sol, y calor es igual de positivo y beneficioso para el niño que los conceptos teóricos que aprenderá en el colegio.
Nosotros tampoco estamos constantemente de viaje pero no me gusta nada la idea de tener que suplicarle al director del colegio que me firme un papelito para poder «sacar» a mis hijos del país. Las multas a las que nos podemos enfrentar no son ninguna broma. Otra opción sería decir que el niño está enfermo y llevarlo al médico para que nos haga un justificante pero claro, ¿queremos enseñarle al niño a mentir para faltar al colegio?
Pues en vista del panorama que nos espera he decidido que de vez en cuando nos tomaremos una día especial y no iremos al cole, ahora que son pequeños y nadie nos pide explicaciones 🙂
Por cierto, en España cuando no vas a clase se utilizan expresiones muy distintas en función de la zona. En Catalunya decimos «hacer campana», en Madrid «hacer pellas» y en algunas zonas del sur «hacer Rabona»…¿cómo se dice en vuestras ciudades?
Hola, qué tema tan interesante! Yo aún no tengo hijos, pero ya había oído algo sobre este tema…y me parece super fuerte! Habrá que meterse a la directiva del colegio en el bolsillo del alguna manera, no? Aunque como sean los típicos alemanes que jamás hacen excepciones, la llevamos clara. Hay que reconocer, que la poca flexibilidad de los alemanes, se agradece en muchísimas ocasiones, pero hay otras, en las que no es práctico, ni humano ser estricto… Dónde yo leí sobre este tema por primera vez, lo comentaban de una manera muy chistosa, diciendo: ni aunque el 22 de diciembre el vuelo cueste 300€ menos, ni aunque la bisabuela cumpla 100 años, ni aunque sea la boda de tu hermana gemela… los niños no pueden faltar al cole… jajaj Me parto!
La verdad es que yo pensaba que era un poco leyenda urbana pero ya veo que no. Nosotros tampoco estamos constantemente de viaje pero me molesta profundamente no poder decidir cuándo y dónde voy con mis hijos. Como dices, en general los alemanes son poco flexibles y espontáneos. No los veo yo comprando billetes de avión «last minute» 🙂
Un abrazo
Efectivamente, nosotros lo comprobamos el primer año, sacamos los billetes de avión una semana antes de Navidad porque era tres veces más barato y al comentarlo en los colegios de los niños nos dijeron que teníamos que pedir permiso al director. En el cole del peque nos dejaron pero el director del colegio de la mayor no dió su brazo a torcer y tuvo que quedarse mi marido con ella una semana más y sacar billetes nuevos, lógicamente. Pagamos la novatada.
Hola Carolina,
por desgracia suele ser un tema que nos pilla por sorpresa. No sé como será en tu país pero en España, al menos cuando yo estudiaba, no era algo tan complicado ni que necesitara de ninguna autorización especial. En fin, me imagino que ya lo organizáis de otra forma…
Bueno yo creo que cuando uno decide vivir en otro pais otra cultura otro idioma etc etc…si podemos esperar que nos reciban bien y poder sentirnos relativamente, o plenamente cómodos. Pero no podemos esperar que su sistema se adapte a nosotros sinó mas bien al revés. Claro que pueden haber consideraciones que a veces de hecho las hay aunque no tán flexibles como se quisiera, pero por lo que leo aqui me parece que es esperar demasiado. Por nuestro lado, bien me gustaría que Argentina quedara en Europa, eso sería la gloria poder visitarla cualquier fin de semana largo…y además tán solo por unos euros…
Hola Rubén,
muchas gracias por leerme. Creo que es el primer comentario masculino del blog 🙂
Como bien dices, llegar a un nuevo país implica adaptarse a su forma de hacer las cosas. No es que yo pretenda que en Alemania se hagan las cosas como en España. De hecho, me parece muy positivo que se controle la asistencia de los niños al colegio. Simplemente me parece que en algunas ocasiones, como en este tema, son muy poco flexibles y para los inmigrantes (que somos muchos) es un tema que suele dar dolores de cabeza. En tu caso todavía más difícil si tienes que viajar a Argentina. Al final se trata de poner en una balanza y valorar si nos compensa quedarnos aquí. Yo de momento no tengo ninguna duda, pero eso no implica que haya cosas que no me «convenzan».
Un abrazo