Cuando me quedé embarazada de mi segundo hijo, mi hija mayor tenía 14 meses y nos acabábamos de mudar a una ciudad nueva donde no conocíamos a nadie. No sabía muy bien como iba a organizarme sola con dos niños tan pequeños y surgió la idea de buscar una Au pair para que viviera con nosotros durante un año. La idea no me satisfacía del todo, ya que no sabía como iba a ser la vida con una persona desconocida durante las 24 horas del día, si notaría mucho la falta de intimidad, si me incomodaría cuando quisiera discutir con mi marido o simplemente cuando quisiera disfrutar de momentos de soledad en casa (juas juas, soledad con dos niños pequeños…)….