Aix…quien me iba a decir a mí que esta iba a ser la pregunta que me iba estar rondando día y noche sin encontrar la respuesta. Yo, que hace tan solo unas semanas no podía ni tan siquiera imaginarme la idea de aumentar la familia, me veo ahora en la encrucijada de encontrar respuestas a una pregunta que quizá sea de las más importantes que me haya hecho en la vida.
Hasta hace nada, la sola idea de otro hijo me provocaba urticaria, temblores, dolor de cabeza y agarrotamiento muscular. Y aquí me tenéis, soñando despierta con la posibilidad de darle la última oportunidad a una nueva maternidad.
Será la casualidad, pero últimamente tengo a varias amigas cercanas embarazadas del tercero, con los dos mayores bastante pequeños. Cuando me dieron la noticia solo podía pensar en los valientes que son, …