Seguro que a muchos de vosotros os invade la emoción cuando alguien cercano tiene un bebé y estáis deseado plantaros en el hospital para darle la bienvenida y felicitar a los recién estrenados padres. Ya os aviso que no es muy buena idea, a no ser que seáis familia muy cercana o que directamente los papás de la criatura os hayan invitado explícitamente. Y cuando digo invitado, no me refiero a: «bueno, a ver si pronto podéis conocer al bebé…» o frases similares.
Ahora que soy madre me doy cuenta de las veces que he metido la pata. La de parturientas que he ido a visitar siendo conocidas, amigas de alguna ex-pareja o de otra amiga o nieta/sobrina de alguien. Me he topado con la imagen de mujeres en pijama con las que no me unía una relación muy cercana, …